miércoles, 14 de septiembre de 2011

Eres mi luz.-



Nunca antes había visto algo tan especial, parecía ser la única entre los espíritus desesperados ahí que notaba su presencia, me incorporo lentamente sin quitar la mirada de ella, ya lo opaco, los llantos, y gritos no me tocan, no me hieren. Camino muy despacio tengo una gran curiosidad por saber de donde proviene dicha luz, no perdón es más que una luz, es una esperanza, ¿seria acaso que Dios se apiadó de mí y me salva de tanto dolor, me libera de las tinieblas en las que me encuentro envuelta, y me da la llave para vivir por primera vez después de tantos años?

La luz se aleja rápidamente y se esconde entre las ramas secas de un árbol, quedo nuevamente en una oscuridad insaciable, corro, pero me tropiezo con una piedra, tirado en el suelo ya no siento mi cuerpo ni mi alma, analizo el paisaje, es tenebroso, parece el ambiente de un cementerio abandonado, veo ojos rojos que me analizan desde lo alto, ya no me importa nada, la única esperanza que me quedaba desapareció, y compruebo que no existe el paraíso que prometen en la Biblia, o tal vez si existe sólo que yo no soy bienvenido. Sierro los ojos y analizo mis pensamientos que se centran en lo que fue mi vida y de cómo no le saque el menor provecho, pero ya era demasiado tarde para volver de un camino tan largo como es el de la muerte.

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